
Silverstone ha cambiado: chalets en las curvas, un hotel en la recta principal o
Comida con el chef Gordon Ramsey en el pit lane. La afición del Gran Premio se ha rejuvenecido en los últimos años, siendo McLaren y Lando Norris los más apoyados en las gradas
La F1 está cambiando.
Con Liberty Media, la mayor competición del automovilismo mundial, uno de los mejores espectáculos del mundo, se está impulsando un gran cambio en los Grandes Premios.
Ahora, lo más importante no es que la carrera sea divertida y vender entradas y gorras.
La F1 se ha dado cuenta de que el gran beneficio no está en eso: está en los asistentes más adinerados.
El objetivo es mirar a los bolsillos con más dinero y ofrecerles la oportunidad de gastarlo en la pista durante todo el fin de semana, y que lo hagan con una enorme sonrisa y con ganas de repetir el próximo año o hacerlo en o 6 carreras durante todo el curso.
Para ello, lo principal es tener una oferta variada de distintos productos VIP para llegar al amplio abanico de la gente con más dinero, y que la caja sea mayor.
Y en ese sentido, el contexto es fundamental.
Así, al margen de explotar lo que hasta hace poco era un mercado difícil como el de Estados Unidos, donde en los últimos años la F1 por fin ha empezado a tener éxito, gracias también al 'boom' de su serie en Netflix y sus carreras en Miami y Las Vegas, se entiende que la F1 está cada vez más centrada en realizar carreras urbanas que ofrezcan la posibilidad a los más VIP de estar lo más cerca de los circuitos, con fácil acceso a la pista y a la mejor oferta lúdica y de máximo lujo posible en las ciudades más importantes del mundo.
¿Cómo lograrlo en Silverstone, ubicado a una hora y media de Londres? Ahí está la sorpresa para el que haya pisado la pista por primera vez este circuito.
Incluso aquí, en un lugar de culto, de historia, pasión innata por el motorsport, en un circuito al que los fans acuden en masa a sus curvas incluso en fines de semana de carreras de categorías inferiores británicas, en un lugar en el que se respira motor por todos lados y en el que se estrenó la F1 en 19 con la disputa de su primera carrera, incluso aquí, el trazado se ha tenido que adaptar a la nueva F1 y sus necesidades.
El que haya venido a un GP de Gran Bretaña de F1 hace 2 años y regrese este curso, se habrá llevado las manos a la cabeza.
Se trata de una pista especial porque, al ubicarse en un antiguo aeropuerto militar, es llana.
No hay montañas que tapen las curvas.
Así, desde un mismo punto, se pueden ver las gradas de las famosas Maggots, Becketts y Chapel, Copse o las de las primeras curvas.
La sensación en esta llanura es especial.
Sin embargo, el nuevo modelo de F1 hace que cada vez sean más los edificios supletorios que se han creado, las llamadas zonas de hospitalidad para VIPs, que dificultan esas vistas y reducen esa placentera sensación de inmensidad.
Las casas con vistas a la pista del Escapade de Silverstone.
Pero no solo eso, también edificios permanentes.
En esas maravillosas y míticas enlazadas de Maggots, Becketts y Chapel, donde los F1 fluyen a toda velocidad de una forma espectacular y única, de camino al paddock llama nuestra atención la construcción de una docena de casas de dos pisos, con balcón hacia las curvas, para que los más sibaritas la puedan alquilar.
Esas son las que se ven, porque detrás hay toda una urbanización de casas así, para un total de 6 casas y 18 habitaciones.
Solo hay dos requisitos: tienes que contratarlas por los días de Gran Premio.
Y el otro, básico: tener dinero.
Puedes quedarte allí por un precio de unos .
euros por adulto en adelante.
Y además, se ofrece la oportunidad para que inversores se dejen algún millón en alguna de esas casas en propiedad.
La oferta es variada: hay desde 9 metros cuadrados de casa, hasta los 18, con piscina y todo lo que puedas imaginar.
Se ofrece incluso la posibilidad de alquilar un extra de llegada en helicóptero.
Justo antes de entrar al paddock hay otro tipo de oferta: una especie de tiendas o jaimas ubicadas sobre el césped, para una experiencia VIP distinta que va desde los 9 euros para dos personas, a los 4.
7 en la tienda 'Superior' .
La opción de jaimas de lujo que hay en Silverstone.
Pero sin duda, desde hace varios años, si hay un sitio que sorprende, ese es el Silverstone Hilton, un hotel ubicado en plena recta del circuito, justo delante de la sala de prensa.
En esa zona, la grada es baja porque justo detrás se ubican las decenas de balcones y terrazas de las habitaciones de este hotel, que te da la oportunidad de pasar la noche en plena recta, con vista frontal al pit lane y la pista.
Sin duda, espectacular.
En ese sentido, donde realmente se gana dinero es en el momento de la carrera dominical.
Esas terrazas se alquilan por grupos de 1 a personas: eso sí, hay que desembolsar más de .
euros por persona para presenciar el momento de la parrilla de salida, el arranque, la carrera y el podio, con comida y bebida sin límites.
Las habitaciones de Hospitality Grid.
Es solo uno de los múltiples ejemplos que hay, ya que hay más opciones que no están al alcance de todos.
Silverstone se ha modernizado para que los VIP vivan la F1 desde el centro.
Este tipo de visitantes se amontonan por todos lados.
Es uno de los paddocks más llenos de gente de toda Europa.
Por no hablar de su parrilla, en la que es muy difícil ver los coches entre cantantes, actores y actrices, modelos, futbolistas e influencers.
Acercarse a un coche cuando se abre el acceso al pit lane durante los tres días, es un agobio incluso con pase de prensa.
Y correr después de la clasificación o carrera hacia el corralito de TV para poner la grabadora frente a los protagonistas, se hace imposible en un paddock tan lleno de gente.
Se convierte en una carrera de obstáculos.
La oferta VIP, ya como en todos los trazados está perfectamente estudiada, como ya sucede en la mayoría de pistas.
El ejemplo de ello es el F1 Garage, ubicado en el pit lane, con vistas privilegiadas de la calle de garajes con cáterin y bebida.
Pero por si fuera poco, este fin de semana, en el F1 Garage estaba el famoso chef Gordon Ramsey y su equipo, de chefs ejecutivos, elaborando un menú de platos gourmet inspirados en el Gran Premio de ese fin de semana y con ingredientes locales.
Todo ello, acompañado de expertos cocteleros elaborando mezclas de autor.
Así es la nueva F1.
Para muchos, lo de menos es lo que ocurre en pista.
Pero por suerte, aún quedan unas 1.
personas más que solo acuden al asfalto británico para seguir enamorándose de este deporte, aguantando la lluvia y el frío, llegando, muchos de ellos, a las 7 y 8 de la mañana para poder ver las carreras soporte, animando sin cesar a sus Lando, Hamilton, Russell y Bearman.
Lo hacen por amor a la F1, por tradición familiar también, con abuelos y padres junto a sus hijos.
Eso sí, cada vez son más jóvenes, sobre todo chicas, con la gorra de un Norris que les ha robado el corazón.
Eso es Silverstone.
Pasión por la F1.
El lugar en el que empezó todo.
En el que ahora, la tradición se mezcla con el lujo