
Las astutas maniobras finales de Alonso dejaron a su rival en fuera de juego:
"Pensé que era una locura que Fernando intentara eso". El asturiano usó su ingenio para mantener la 7ª plaza en las dos vueltas finales y arriesgó pegándose a Norris cuando se doblaba para defenderse de Bortoleto
Pasan los años, y Fernando Alonso sigue al máximo nivel.
Los resultados, lejos de los triunfos, vienen marcados por un coche que no le permite pelear por ellos.
Pero como dejó claro en 2022, cuando no le tembló el pulso con un bólido de podio, si en 2026 Adrian Newey le entrega un monoplaza ganador, no hay ninguna duda que lo aprovechará.
Ha demostrado su enorme velocidad a una vuelta en múltiples ocasiones este año con clasificaciones perfectas, arriesgando y poniendo su coche más arriba de lo que indicaban las simulaciones del equipo en muchas citas, como ocurrió en Japón, Imola, Mónaco, Barcelona, Canadá y en otras, incluso en Austria este fin de semana, circuito en el que su coche no le daba buenas sensaciones.
En el Red Bull Ring, logrando meterse en la pelea por los puntos con su vuelta en 'qualy' pese a tener que pelearse con un coche difícil de pilotar, con subviraje en curva rápida y sobreviraje en curva lenta.
Pero eso no es todo.
Como dijo una vez a MD Emerson Fittipaldi, Alonso es "un carrerista puro" y eso le diferencia de la mayoría.
Su lectura de carrera y su capacidad para sacar tajada de cualquier elemento y cualquier circunstancia, le permite maximizar su resultado.
Otro ejemplo más que añadir a su lista de auténtico carrerista es lo que ocurrió en Austria con unas vueltas finales para enmarcar, cuando lo presionó el pupilo de su agencia de representación, Gabriel Bortoleto, con un Sauber que rendía mejor y que venía con un ritmo muy superior por tener mejores neumáticos.
Alonso había optado por una estrategia a una parada.
Mientras, Bortoleto había ido a dos paradas.
El brasileño llevaba unos neumáticos 17 vueltas más jóvenes que Alonso y su ritmo era tan superior que le permitió recortarle a Fernando un total de 1 segundos en solo 11 giros.
Llegó a pegarse al alerón trasero del ovetense a falta de solo 2 vueltas para el final.
Y ahí empezó el 'show' de defensa del español.
Cuando parecía tenerlo todo perdido y debía verse relegado al 8 puesto, Alonso defendió con astucia esa 7 plaza.
En la penúltima vuelta, Bortoleto se puso tras su alerón en la recta principal y todo parecía indicar que Gabriel le superaría con facilidad en la curva .
Ahí, el asturiano sacó toda su picardía, como el más listo de la clase, para intentar algo que parecía imposible: retener a un coche muchísimo más veloz.
Antes de la curva , se vio como Alonso afloja y Bortoleto le pasa por dentro.
Lo hizo aposta para que Bortoleto estuviera por delante justo antes de la zona de detección de DRS.
Ahí, con una maniobra de contragolpe ya en mente, abrió más su trazada de entrada en esa curva para hacerle 'el lazo' a Gabriel y acelerar por el interior, con mejor tracción.
El haberse dejado pasar a propósito antes de la zona de DRS le permitía abrir el DRS pese a estar de nuevo por delante de su oponente en la recta hacia la curva 4.
Así podía compensar la falta de velocidad punta de su coche y defenderse de Bortoleto en esa frenada.
Magnífico.
Fernando Alonso, en Austria.
Pero la clase magistral no acabó ahí.
Alonso se hizo ancho, tapando el interior de la curva para volver a bajar la persiana antes de la vuelta final.
Otra vez, parecía inevitable que Bortoleto le pasara en el último giro, pero entonces llegó Norris, desdoblándose.
A Bortoleto le mostraron la bandera azul para dejar pasar a Lando, líder de la carrera, y eso le separaba de Alonso.
Fernando tenía que hacer lo mismo, y lo hizo de nuevo con una picardía suprema.
Lo hizo justo antes del punto de detección del DRS para salir pegado a Lando y poder abrir el DRS tras Norris para ganar velocidad punta.
Fernando Alonso, en el GP de Austria de F1 22 E incluso tuvo que arriesgar con sangre fría, pegándose al inglés muy cerca de Lando, casi desdoblándose a su lado.
Un toque a Norris podía haber acabado con el triunfo del de McLaren y haberse convertido en un enorme desastre, un escándalo y una enorme nube de críticas para Fernando.
Pero pese a lo desgastados que estaban sus neumáticos, no dudó en arriesgar.
Y no solo eso, lo hizo al milímetro, ejecutando su plan con todo bajo control: En la posterior frenada, se acercó muchísimo a Norris, casi rozando al líder de la carrera, tapando así el interior para que Bortoleto no le pasara.
"Alonso ha hecho todo lo posible para mantenerme detrás.
Es como si estuviera peleando por el Mundial.
Ha estado muy bien.
Sabía exactamente cómo situar el coche, coger el DRS, y pensaba que era una locura que intentara adelantar a Norris, porque si tocaba a Norris eso no pintaba nada bien.
Pero lo ha hecho perfecto.
Aún con malos neumáticos, se ha mantenido a un milímetro del coche de Norris sin chocar.
Se merece esa posición, sin duda", dijo un Bortoleto que no podía haber recibido mejor clase de su maestro.
Le enseñó cómo se sigue peleando al máximo en momentos en los que todo parece perdido.
Al final de la carrera, sin que el cansancio le quitara ni un ápice de sus reflejos mentales.
Le mostró que no hay que arrojar jamás la toalla.
Y sobre todo, a usar la astucia para maximizar los resultados.
Lección impagable