
Alonso, un recital de rebasamientos y riesgos que terminó con un final agitado y
Mucha rabia. El piloto asturiano cree que podía haber logrado la 6ª posición si no hubiese tenido la "mala fortuna" que le golpeó en Imola, cuando un coche de seguridad virtual favoreció a sus contrincantes
Fernando Alonso acabó el GP de Emilia-Romaña muy enfadado con la suerte.
Esta no le acompañó en Imola, en una carrera en la que partía º por su excelente clasificación y el buen rendimiento de las primeras mejoras presentadas por Aston Martin esta temporada.
Eligió una estrategia compleja, pero está convencido de que podría acabar 6º la cita de este domingo.
Sin embargo, un coche de seguridad virtual echó por tierra su carrera al beneficiar a sus rivales.
Después de esto, el piloto ovetense ya mostraba su enfado con el destino por radio "Soy el piloto con peor suerte del mundo".
Pero el final de la carrera aún sería más cruel para él.
Un 'Safety Car' por un problema en el coche de Antonelli le dio una nueva oportunidad.
Los operarios del circuito tardaron muchísimo en retirar el Mercedes de la pista y, tras entrar gratis a boxes para poner gomas frescas, Alonso tenía solo 1 vueltas para atacar.
Tenía que adelantar a Lawson, Gasly, Hülkenberg y Tsunoda si quería conseguir un punto.
Era 14º y tenía que adelantar a 4 coches.
Y con el buen ritmo del monoplaza debido al rendimiento de las evoluciones y las ruedas nuevas, fue a por ello sin dudarlo, con una agresividad enorme y una clase magistral de adelantamientos en un trazado estrecho donde es difícil rebasar.
Arriesgó, fue al límite, incluso llegó a salirse un poco de la pista al adelantar a Gasly.
Iba absolutamente encendido, con ganas de recuperar lo que la suerte le había quitado.
No obstante, se quedó a solo 8 décimas de Tsunoda.
Le faltaron algunas de las vueltas extra que se perdieron sacando el coche de Antonelli de la pista.
Se quedó con la miel en los labios, a un paso de los puntos.
Fue entonces cuando mostró su rabia por ese punto.
Un bicampeón mundial que lo ha ganado todo en otras categorías también, y que estaba furioso por solo un punto.
Muestra de su carácter luchador, carrerista, que siempre va a por todas y que tiene el objetivo de exprimir al máximo el coche que tiene.
Este domingo era coche de puntos, pero no pudo conseguirlos.
De ahí la rabia.
Sigue como el primer día.
Las carreras son su vida y, como dijo hace semanas, solo sabe afrontarlas de una manera, con el "ADN Fernando", atacando siempre al máximo