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Malas estrategias en F1

Malas estrategias en F1

Las malas estrategias en la F1 es algo parecido a aquello de las malas compañías en la vida real, y acaba determinando una mala estrategia en el seno de una escudería.

Esto es algo que se ha demostrado a lo largo de muchas temporadas, el simple hecho que acompañarse o de pilotos malos, en cuanto a su destreza en pista, o de jefes de equipo ineptos en cuanto a su inteligencia para definir una estrategia, o de ingenieros poco ingeniosos en cuanto a soluciones y a la fiabilidad mecánica, o de mecánicos incompetentes durante las paradas en boxes finalmente crean una mala relación que te conduce irremediablemente a la derrota.

En la temporada 2022 de F1 tenemos un claro ejemplo en el equipo Ferrari, cuentan con un coche ganador, diría que de largo es el mejor monoplaza de la parrilla, incluso superior al Red Bull, escudería que lidera tanto en el mundial de pilotos, y de una forma más que holgada, como en el mundial de constructores.

Este año no es por los pilotos, ambos, tanto Leclerc como Sainz están dando su do de pecho, en el caso del primero se intuye un ganador como pocos, a la altura de los mejores de la historia, inteligencia, consistencia, espíritu combativo y precisión y en el segundo, aunque nunca lo vi como un nato ganador, su aprendizaje lo está llevando hacia la élite, se le ve ambición y espíritu al madrileño, otra cosa son manos, donde creo que Lecler está no un paso si no tres por delante. Sea como fuere a ambos no se le puede achacar nada esta temporada, lo intentan y lo vuelven a intentar, pero es el resto del equipo, los que no conducen los que fallan de forma estrepitosa, además lo hacen, una y otra vez.

Cuando no es un error garrafal de estrategia es una falta fiabilidad que pone en entredicho la mecánica de los bólidos rojos, no sé si en su diseño, aunque no son los únicos de la parrilla que montan dicho motor, pero si los que a buen seguro lo ponen al límite.

Aunque esa exposición al fallo preocupa sobre todo a la hora de afrontar largas batalla contra duros contendientes como Max lo de la estrategia si que es del todo preocupante, una situación sin precedentes en la F1 moderna, donde equipos pensantes, complejos algoritmos y programas arrojan datos para que el humano no erre en su estrategia, en Ferrari fallan estrepitosamente.

Creo que el parón estival debería servir para cambiar la situación laboral de algunas de estas cabezas visibles, iba a decir pensantes, pero eso sería un elogio que aquí no procede.

Quizá el exceso de cabello de Mattia Binotto hace mella en su capacidad cognitiva, en su raciocinio o en su forma de ver las carreras, bromas a parte, sus errores son de bulto.

Puede ser que Binotto no sea el único implicado en toda esta toma de decisiones, pero desde luego es el que más decide, y creo que no debería continuar en ese puesto ni tan sólo una carrera más.

Probablemente el italiano ha salvado los muebles hasta ahora porque sus constantes errores recaían siempre o casi siempre sobre el español, pero ahora ya alejan en exceso de toda opción a su piloto estrella, Charles, así que la prensa italiana del motor probablemente atice y fuerte a Binotto hasta hacerlo saltar del equipo.

Han sido errores más que evidentes, como cuando escasos monoplazas en una carrera montan un neumático con compuesto duro porque hace que el coche patine, más aún cuando lo has probado en tu mismo equipo y lo has descartado como el resto, cuando lo ves con tus propios ojos en coches de pilotos con manos, como en Alpine pilotado por Alonso, vas y decides montarlo.

Por si fuera poco ejecutas esas entradas a boxes a destiempo, cuando el coche todavía tiene mucha velocidad y no presenta fatiga, cuando vas a sacarlo en medio de tráfico, y por si fuera poco ordenas la entrada y la haces mal, extremadamente lenta, sacrificando todas las opciones de Leclerc.

Con Carlos más de lo mismo, en carreras anteriores, justo cuando tiene buen ritmo, cuando saca décimas a su perseguidor, cuando recorta tiempos a su perseguido, cuando las gomas presentan todavía buen aspecto y se le augura un tiempo de vida por unas vueltas, hacen entrar al madrileño a boxes para perder esa ventaja que estaba sacando.

Además si luego tardan 4,7 segundos en el cambio de ruedas cuando un equipo McLaren ejecuta la misma operación en 2,2 segundos, pues claro... vendes a tu piloto al contrario.

A todo esto ambos se quedaron sin podio, cuando todos confiábamos en que saliendo segundo y tercero y con un teóricamente débil Mercedes delante iban a quedar primero y segundo en el GP de Hungría, donde un increíble Max Verstappen ganó la carrera saliendo desde la 10 posición y para más inri haciendo un trompo de 360 durante la carrera que le hizo perder unos segundos.

Lo del neerlandés desde luego tiene otro nombre, perfección estratégica y coraje en la conducción.

Los Ferrari salieron con gomas medias, cuando sus más directos rivales en la pugna lo hicieron con blandas, cambiando de compuesto siempre mal y a destiempo.

Para colmo en las entrevistas ambos pilotos no señalaron directamente al culpable su jefe de equipo Binotto, lo escudaron, esta vez ya sin apenas credibilidad, que si falta de ritmo que si... patrañas, una mala estrategia, otra vez, una y otra vez, esta vez para ambos pilotos.

Así no Ferrari, así no.